miércoles, 3 de julio de 2013

La sociedad tradicional

        La economía de la sociedad tradicional es simple porque, para satisfacer sus necesidades, sus miembros utilizan directamente los bienes que les proporciona la naturaleza. En pocas ocasiones esos bienes sufren procesos de transformación. Para subsistir se recurre a la agricultura, a la cría de ganado, a la caza, a la pesca o a la recolección de frutos, hierbas o raíces. 
¿Cómo es la economía de la sociedad tradicional? 
        En la economía tradicional la tecnología empleada es muy elemental, es decir, arcaica. Se recurre a la energía bruta de la naturaleza, como la fuerza animal, la del viento y la del agua; se usan herramientas que constituyen una extensión del cuerpo (como los martillos) y se utilizan armas simples como el hacha y las flechas. 
Un tercer elemento que distingue a la economía tradicional es su sencilla división del trabajo; las actividades son poco diversificadas y muy simples. La división llega a existir únicamente por motivos de sexo y edad. 
       La sociedad tradicional tiene una economía de subsistencia, lo cual implica una actividad caracterizada por la reducida productividad del trabajo humano. Esto es lógico cuando se cuenta sólo con una tecnología arcaica y una baja división del trabajo; el resultado no podía ser otro. Como consecuencia, suelen escasear los productos básicos y se ocupa mucho tiempo en conseguidos. 
      Debido a estas condiciones, la sociedad tradicional pocas veces es exportadora. Aun si logran obtener excedentes de cualquier artículo, las dificultades de comunicación y transporte no facilitan la salida de los productos. Los intercambios sólo se llegan a dar entre sociedades vecinas y con limitado número de artículos. 
       La sociedad es reducida, es decir, numéricamente pequeña. Su nivel de subsistencia no permite un crecimiento demográfico alto y sostenido; sus niveles de mortalidad son muy elevados, principalmente entre los menores. 
La organización social tradicional se apoya principalmente en dos aspectos: la parentela y los grupos de edad. 
       La parentela se sustenta en el reconocimiento de los lazos sanguíneos y en los vínculos matrimoniales. Otorga el reconocimiento social al ubicar a una persona en determinado papel, de acuerdo con su procedencia familiar. 
Dentro de la sociedad tradicional no pertenecer a grupo alguno de parentela equivale a ser ajeno. 
       En la sociedad tradicional la parentela constituye una amplia red de interdependencia y ayuda mutua debido a las diversas obligaciones que origina entre sus miembros. Así, los diversos grupos de parentela son el principal pilar de toda organización social. Toda la vida comunitaria se desarrolla en torno a la parentela. 
        Los grupos de edad también determinan el papel del individuo en la sociedad. Niños, mujeres, jóvenes, padres, madres y ancianos tienen responsabilidades distintas tanto en la producción como en la organización y la toma de decisiones de la comunidad. 

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